OPAU nos cuenta cómo profesionalizar el alquiler inmobiliario

La marca lleva en el mercado 19 años pero hasta hace escasos meses restringía su ámbito de actuación a la comunidad murciana, donde residen Sonia Campuzano y Antonio Jesús Gómez, matrimonio y fundadores de OPAU, ambos con dilatada experiencia en el sector inmobiliario.

“El modelo de negocio fue evolucionando en base a las necesidades de la ciudad donde nos asentamos.-cuenta Sonia Campuzano- Empezamos a crecer mucho y al final teníamos el mayor fichero de alquileres de la comunidad. Los mismos clientes nos animaban a la expansión para poder disfrutar del servicio en otras ciudades”. La decisión la tomaron hace escasos meses, cuando optaron por adoptar el régimen de franquicia, “porque pensamos que era la mejor forma de buscar colaboradores que llevasen nuestra marca y nuestra forma de trabajar a otras ciudades”.
12 plazas firmadas

Desde entonces, y al día de hoy, suman 12 plazas firmadas, aunque algunas estén pendientes de apertura. Operativas, hasta el pasado 16 de marzo, estaban las oficinas de Murcia, Barcelona y Valencia, sumándose esa fecha la primera OPAU en Madrid, en el número 31 de la calle Alberto Aguilera. Sevilla y Almería son los núcleos que acogerán las próximas inauguraciones.

En Madrid se cerrará el cupo con un total de 6 oficinas, 2 de ellas ya adjudicadas a la misma empresaria. El mismo procedimiento de exclusividad será el que apliquen en el resto de las ciudades españolas con más de 100.000 habitantes. Una vez cubiertas, se plantearán la internacionalización empresarial habiendo ya recibido propuestas de Londres y Sofía. Pero éstas tendrán que esperar, al menos, hasta 2017 que es para cuando han pospuesto el asalto a los mercados extranjeros. “La demanda es alta pero queremos crecer despacio para atender correctamente a todos los franquiciados”, declara Campuzano.
Claves del éxito

Aunque ya hemos dicho que la marca no es nueva, sí sorprende la velocidad tomada una vez que se han decidido a arrancar con la franquicia. Las claves del éxito las atribuyen a un modelo de negocio nuevo, que ha sabido distinguirse entre una competencia voraz como es la del sector inmobiliario. “Nosotros hemos revolucionado el concepto del alquiler urbano eliminando la intermediación entre los propietarios y los inquilinos”.

En este sentido, el papel de OPAU se limita a conectar a las partes interesadas para que determinen las condiciones del acuerdo. El servicio que ofrecen a los propietarios de los pisos es gratuito, pero no para los inquilinos que se constituyen en la principal vía de ingresos de la oficina. Dependiendo de lo que busquen, estos deberán pagar una cuota de 190 euros (alquileres de corta estancia), 290 euros (larga estancia para una sola persona) o 390 euros (un piso completo compartido para estudiantes o familias). La otra opción disponible es acogerse a un sistema tradicional de agencia.

“El servicio que ofrecemos, tanto a unos como a otros, es integral. Para el propietario porque le llevamos el patrimonio, le aportamos servicio jurídico, permitimos que se desentienda de todo el papeleo y, si le interesa, dispone de servicios adicionales como mantenimiento o limpieza. Para el inquilino, porque le solucionamos en cuestión de horas el problema de alojamiento y lo hacemos a precios más económicos”. Así es como han conseguido gestionar el patrimonio de más de 40.000 viviendas con una media de entre 200 y 250 alquileres mensuales por oficina.
Segunda línea de negocio

No tocan compraventa ni estancias vacacionales, pero sí articulan una segunda línea de negocio derivada del alquiler. “Construimos edificios con gente que es inversora y los hacemos solamente de apartamentos y estudios pequeños a precios asequibles. Se amueblan, se equipan y se alquilan durante todo el año y así le sacan rentabilidad al edificio entero”, cuenta Sonia. Estas son operaciones que se realizan una vez que la marca está consolidada en la ciudad permitiéndole pactar alianzas con otras firmas de muebles o decoración que ofrecen descuentos a los propietarios.

En cuanto al perfil medio de los clientes de OPAU, predominan los “jóvenes mileuristas y estudiantes” o desplazados a una ciudad nueva por cuestiones laborales. “Llegamos a acuerdos con grandes marcas que nos mandan a todos su trabajadores para suplencias, campañas u otros motivos de desplazamiento y les hacemos precios especiales”.
La factoría de los alquileres

“El método funciona porque es una forma de trabajo superestudiada. Trabajamos casi como una cadena de producción. De hecho, alguna vez nos han definido como la factoría de los alquileres”, cuenta Sonia. Avala su afirmación el hecho de que la nueva oficina en Madrid tenía ya programadas para el día siguiente de la apertura 45 citas de clientes y un archivo de 3.000 viviendas.

Como franquicia, presumen de “alta y rápida rentabilidad” y de disponer de un equipo de 4 profesionales en la central dedicados exclusivamente a los asociados poniendo el acento, sobre todo, en la formación. “Lo tenemos todo protocolarizado y les guiamos de la mano en todo momento”.

No requieren experiencia en el sector pero sí buscan el perfil de “un inversor ejecutivo, con dotes comerciales, que sepa gestionar una empresa y liderar un equipo”. Para sumarse a la red, establecen un canon de entrada de 12.000 euros + IVA, incluidos en la inversión total de 21.000 euros. Tras la puesta en marcha del negocio, el franquiciado deberá pagar a la central un 5% sobre la facturación mensual y otro 2% en concepto de publicidad. Para completar el retrato, subrayar que el negocio no necesita un local a pie de calle y que la adecuación del mismo es sencilla, según afirman desde la central.